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Los Desvaríos del Papa Francisco

Pastor René Pereira Jr.

No cabe duda de que el haber hecho este documento papal llamado «Fiducia Supplicans» ha sido uno de los peores errores del papado a lo largo de su historia. El Papa Francisco, en su afán de proyectarse como moderno e inclusivo, ha llevado a su iglesia a un serio conflicto que, de no ser resuelto, podría desencadenar en un cisma.

En este controversial documento el Papa aborda el tema de la bendición de personas en situaciones atípicas, como lo es el caso de individuos envueltos en relaciones homosexuales. Debemos dejar claro que la doctrina de la iglesia católica en este aspecto no ha cambiado. El matrimonio entre un hombre y una mujer sigue siendo el sacramento ordenado por Dios y las relaciones homosexuales siguen siendo pecaminosas. Sin embargo este Papa ha querido proyectar al mundo una iglesia más «progresista» e «inclusiva» y más ante los horribles escándalos de abuso sexual que afectaron seriamente su imagen a nivel mundial.

El problema es que ahora el Papa Francisco tiene un serio problema en el interior de su iglesia. Cada vez más figuras importantes y hasta diócesis, arquidiócesis y conferencias episcopales se están distanciando de sus posturas, incluso han decidido no acatar lo que establece este documento. Y para empeorar las cosas, cada vez que el Papa abre la boca en este asunto, agrava el debate y se hunde más. Recientemente, molesto por la oposición que ha enfrentado, Francisco llamó hipócritas a los que lo han criticado. En una entrevista periodística declaró lo siguiente: «Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente y esto es un pecado gravísimo. Mientras se escandaliza si se lo doy a un homosexual….»

El problema con esta afirmación es que, como dice el refrán: «dos malos no hacen uno bueno». Bendecir a un ladrón o corrupto es malo; el Papa tiene razón. Pero también lo es bendecir a uno que está viviendo en pecado. Uno no puede bendecir lo que Dios no bendice; así de sencillo. Pero peor aún, el Papa afirmó que no veía nada malo en que dos hombres se amaran como pareja, porque el amor es bueno. Y aquí Francisco adopta precisamente el argumento esbozado por los lobbies LGBTT alrededor del mundo. ¿En serio, Francisco? ¿Todo amor es bueno? Pues el Papa sencillamente se equivoca. Hay amores que bíblicamente son pecaminosos y condenados por Dios.

Por ejemplo, dos adúlteros pueden llegar a amarse mutuamente. ¿Acaso esto es bueno? Un padre o un tío puede involucrarse en una relación amorosa con su hija o sobrina. ¿Es acaso esto bueno? De paso, hasta los pedófilos justifican su pecado afirmando que lo que hacen con un menor es un acto de amor. Más aun, Jesucristo fue claro en que amar a cualquier persona más que a Dios, es pecado, de hecho, se llama pecado de idolatría (Mateo 10:37). Y el apóstol Juan advirtió en 1 Juan 2:15 que los creyentes no deberíamos amar este sistema mundano. De manera que no todo acto de amor es bueno y bendecido por Dios.

Francisco sin duda ha sido absorbido y seducido por la cultura «woke» y «progre» de este tiempo. Una vez más se evidencia que es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres, y este Papa no es Dios; es un simple ser humano imperfecto. Una vez más queda claro que la guía de fe y práctica para el cristiano tiene que ser la Palabra inspirada de Dios; no doctrinas y mandamientos fabricados por los hombres. Tampoco tradiciones que como el mismo Jesús declaró, invalidan el mandamiento de la Palabra divina (Marcos 7:13). Pero el problema para los católicos es que su dogma les ha enseñado que el Papa es el vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia. Es venerado y reverenciado como el sucesor de Pedro y que actúa bajo la guía del Espíritu Santo. Solo puede abandonar su cargo renunciando o falleciendo. ¿Pero qué ocurre cuando un Papa cae en herejía?

Fue electo por el voto del colegio cardenalicio. ¿Podrá este organismo removerlo? No soy experto en derecho canónico pero me parece que no. Porque este colegio únicamente es convocado cuando hay que elegir un nuevo Papa. La iglesia romana tiene un sendo tostón con Francisco. ¿Qué sucederá finalmente? No lo sabemos. Pero la buena noticia es que cada vez se levantan más valientes dentro de la Iglesia Católica Romana que están dejando sentir su voz. Y ya el Papa ha sancionado y removido de su cargo a varios de ellos. Hace siglos atrás un monje agustiniano retó la autoridad del Papa. Se llamó Martín Lutero. El Papa León X se inventó el asunto de la venta de indulgencias para recaudar dinero vendiendo un documento que alegadamente servía para sacar a las almas de las penas del purgatorio. Siglos después, Juan Pablo II admitió que aquello fue un error. Lutero tenía razón. Pero León X se aferró a su postura y finalmente decidió excomurgarlo. El resultado: la iglesia católica sufrió un cisma y surgió el protestantismo hasta el día de hoy.

Lutero declaró ante la Dieta Imperial en Worms un 28 de enero de 1521:

«A menos que no esté convencido mediante el testimonio de las Escrituras o por razones evidentes —ya que no confío en el Papa, ni en su Concilio, debido a que ellos han errado continuamente y se han contradicho— me mantengo firme en las Escrituras a las que he adoptado como mi guía. Mi conciencia es prisionera de la Palabra de Dios, y no puedo ni quiero revocar nada reconociendo que no es seguro o correcto actuar contra la conciencia. Que Dios me ayude. Amén».

Lutero afirmó que el Papa y los concilios se habían contradicho uno al otro continuamente. Y sin duda esto es lo que hemos estado viendo con Fiducia Supplicans. En resumen, la Iglesia es solamente maestra de la verdad cuando enseña lo que la Escritura enseña. De lo contrario, puede llegar a convertirse en maestra del engaño.