El día que temo
Salmos 56:3-4
“En el día que temo, yo en ti confío…”
Podríamos definir el temor como un sentimiento desagradable o perturbación, que trae una intensa angustia a nuestro ser y que es causado por la antipatía o rechazo, a un riesgo o amenaza, a nuestra vida o forma de vida. Todo ser humano experimenta este tipo de sentimiento. Tal vez alguno haya aprendido a controlar la forma en que expresa este sentimiento, sin embargo tenemos que decir que nadie está exento de experimentarlo. El autor del Salmo 56, el rey David, hombre que luchó y venció a leones, osos y gigantes, experimentó en carne propia el temor. Así lo expresa en el versículo que citamos al comenzar.
El temor es parte de nuestra naturaleza humana. Todos nosotros hemos experimentado o tal vez estamos experimentando alguna clase de temor; temor al fracaso, temor a la soledad, temor a la ausencia de recursos económicos, temor a la muerte, temor a lo que nos pueda hacer el hombre…
Entonces; ¿Qué hacer ante el temor?
La respuesta es confiar.
Confiar ¿En quién? En Dios. David lo afirma claramente en el versículo 4 de este Salmo, léelo.
David, no escribió estas palabras en el vacío. Las escribió con certeza y seguridad porque el mismo había experimentado en su vida el cuidado de Dios. Estando al cuidado de sus ovejas tuvo que confiar en el cuidado de Dios al enfrentar osos y leones. Mas adelante vio como Dios le guió a derrotar a aquel gigante al que todos temían. Aprendió a confiar en Dios. El confiar en Dios es algo que se aprende en nuestro diario vivir, al practicarlo.
Si hoy temes, comienza a depositar tu confianza en Aquel que tiene cuidado de tí y podrás decir como David “En el día que temo, yo en ti confío”.
Pastor Wilfredo Borrero García
Publicado el octubre 3, 2016 en Meditación, Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. 1 comentario.
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